Prevé enfermedades en tus planta.
Espaciado adecuado: Proporciona suficiente espacio entre las plantas para permitir una buena circulación de aire, lo que ayuda a prevenir la propagación de enfermedades.
Riego adecuado: Evita el exceso o riego insuficiente, ya que el exceso de agua puede favorecer el desarrollo de enfermedades fúngicas y bacterianas, mientras que la sequedad puede estresar a las plantas y hacerlas más susceptibles a las enfermedades.
Drenaje adecuado: Asegúrate de que las macetas y el suelo tengan un buen drenaje para evitar el estancamiento del agua, que puede provocar la pudrición de las raíces y otras enfermedades.
Herramientas limpias: Desinfecta tus herramientas de jardinería regularmente para evitar la propagación de enfermedades de una planta a otra.
Retirar plantas enfermas o muertas: Elimina rápidamente las plantas infectadas o enfermas para evitar la propagación de enfermedades a otras plantas cercanas.
Rotación de cultivos: En el caso de jardines, practica la rotación de cultivos para evitar la acumulación de patógenos en el suelo.
Eliminar restos de plantas: Deshazte adecuadamente de los restos de plantas enfermas para evitar la propagación de enfermedades.
Control de malezas: Mantén tu jardín libre de malezas, ya que pueden albergar y propagar enfermedades.
Fertilización equilibrada: Proporciona a tus plantas una alimentación equilibrada para fortalecer su sistema inmunológico y hacerlas más resistentes a las enfermedades.